"Como el camaleón, para sobrevivir, hemos cambiado el color de nuestra piel. Así nos camuflamos, nos hacemos invisibles, nos escondemos, pasamos desapercibidos. En nuestra sociedad emerger es peligroso". De esta forma se expresa Mario, uno de los personajes de la novela. En la conducta del camaleón se simboliza el proceso que ha sufrido una generación que comenzó cuestionado todo el sistema constituido y ha terminado por adaptarse a él en el más puro pragmatismo. Es esa generación y su metaformosis la protagonista de la obra. José Miguel, que tuvo que abandonar España en la última etapa del franquismo, vuelve muchos años después, una vez establecida la democracia y con un partido de izquierdas instalado en el gobierno. A sus ojos aparece el contraste entre el ayer y el hoy a través de la evolución de sus antiguos compañeros, con los que compartió piso en la época de estudiante, ahora convertidos en empresarios, políticos o profesionales.
La novela se desarrolla en dos planos temporales que actúan como contrapunto según se van sucediendo los capítulos. El pasado y la realidad actual marcan la diferencia, la transmutación y el cambio, distinto si se quiere en cada uno de los personajes, pero envuelto en todos los casos en cierta nostalgia, desilusión y pesimismo, como si el tiempo les hubiese arrebatado un proyecto que nunca será.
Escrita en primera persona, permite un permanente monólogo de José Miguel, en el que se cuestiona no sólo la sociedad actual, sino al hombre como ser social, en sus ambiciones, miedos y debilidades. El hombre masa, impelido a la adaptación y ridículo en su agitación y desasosiego.