De
elecciones y referendos
Los conceptos se desnaturalizan. Nos han
hecho creer que basta con la celebración de elecciones para calificar a un
sistema político de democracia. Pocas cosas más erróneas. Las elecciones pueden
ser una condición necesaria, pero en ningún caso suficiente; entre otras cosas,
porque hay elecciones y elecciones. Unos comicios celebrados bajo la presión de
un ejército de ocupación no dejan de ser una pantomima. Las consultas
electorales en Irak o en Afganistán constituyen tan sólo una estratagema con la
que se pretenden justificar a posteriori guerras e invasiones ilegales e
ilegítimas.
Bush ha vendido como un triunfo de su
política las pasadas elecciones en Irak; en especial, la supuesta multitudinaria
participación, participación que en realidad únicamente conocen los americanos
y sus hombres de paja del actual Gobierno. En cualquier caso, lo que se
desprende de la afluencia a las urnas es las inmensas ganas que los iraquíes
tienen de que desaparezcan de su tierra los
americanos. Muchos, sin duda, habrán visto en las elecciones un medio para
acelerar la salida de las fuerzas de ocupación. Fuesen cuales fuesen los
nombres que figurasen en cada papeleta, lo seguro es que en la gran mayoría de
ellas, subliminalmente, figuraría una leyenda: “Yankee
go home”. La verdadera democracia en ese país debería
haber empezado por un referéndum, preguntando a los iraquíes si quieren que
permanezcan en su suelo los americanos.
Bush no sólo está contento con Irak, sino
que siente la tentación de extender el conflicto a Siria y a Irán. Habla de
libertad y de guerra permanente a las dictaduras. Pero ¿hay mayor dictadura que
la que él pretende imponer al resto del mundo? ¿Acaso no es dictadura, dura y
muy dura,
Casi todas las consultas populares tienen
trampa. El próximo día 20 vamos a votar en referéndum el Tratado de
Votar no a
Se vota “no” a