Competencia
desleal en la Eurozona
La
histórica frase de Lincoln, con la que empezó la guerra civil americana, “un
país no puede permanecer siendo a la vez libre y a la vez esclavo” podría
reescribirse de forma más prosaica para Europa: una Unión Monetaria no puede
subsistir con unos países pagando tipos de interés tres, seis o veinte veces
superiores a los de otros. Paradójicamente, el euro está socavando el principio
sobre el que se ha venido asentando exclusivamente
El
mantenimiento de divergencias tan enormes en las tasas de interés, cuando se
tiene la misma moneda, distorsiona la competencia y el libre juego del mercado.
Es preciso resaltar lo de “la misma moneda” porque es ahí precisamente
donde radica el problema. Se comienza a
decir que antes de la constitución de la Eurozona la disparidad en las primas
de riesgo era similar, con lo que parece exculparse al euro de toda
responsabilidad. Sin embargo, distintas tasas de inflación y de tipos de
interés son perfectamente asumibles cuando se
funciona con divisas diferentes ya que la variación en los tipos de cambio
puede compensarlas, pero la situación se hace insostenible cuando esas
discrepancias se producen dentro de la misma área monetaria. A medio plazo, los
bancos y las empresas de los países castigados no podrán subsistir. El hecho es
tan evidente que