La jubilación de Merkel

La canciller alemana está dispuesta a torpedear la Unión Monetaria. "… Es importante -manifestó el otro día- que en países como Grecia, España y Portugal los trabajadores no puedan jubilarse antes que en Alemania". Si la señora Merkel piensa que ese es el problema, lo tiene muy fácil, tan solo debe adelantar la edad de jubilación de los alemanes. Pero es que, además, falta a la verdad. De acuerdo con las estadísticas de la Unión Europea, la jubilación efectiva en el país germano se produce a los 62 años por término medio, mientras que en España alcanza los 62,1. Según la OCDE, en 2009 los españoles trabajaron, de media, 1.653 horas anuales frente a las 1.389 de los alemanes, un 19 por ciento más. Españoles, portugueses y griegos estarían muy contentos de armonizar las vacaciones y la jubilación con los alemanes, pero seguramente añadirían que por qué quedarse ahí: armonicemos todo lo demás, salarios, pensiones, ayudas a la familia y un largo etc. Con toda probabilidad se apuntarían a una Unión Monetaria construida con los mismos parámetros empleados en su día para la unificación alemana.

 

La señora Merkel se expresa como si Alemania fuese la pagana y los países del sur de Europa las sanguijuelas. Pero hasta ahora en los planes de rescate, Alemania no ha puesto en términos relativos un centavo más que el resto de los países. El Gobierno español debería quejarse con mucho más motivo, ya que en proporción aporta lo mismo, pero el rescate que se está llevando a cabo es el de los bancos alemanes. Merkel reprocha a otros países su excesivo déficit. Lo cierto, sin embargo, es que su endeudamiento público se ha incrementado en mayor medida que el de otros países como España, y si su déficit no lo ha hecho  ha sido únicamente porque Eurostat le permite no contabilizar como tal las ayudas a la banca. Desde el SPD se ha tildado a la canciller alemana de populista. Más bien habría que afirmar que sus planteamientos comienzan a tener cierto tufo racista -lo que tratándose de Alemania es muy peligroso-; quizá eso explique por qué no hace referencia a Francia o a Finlandia, cuando son los ciudadanos de dichos países los que gozan de más días de vacaciones y se jubilan antes.