Crisis
en el Tripartito
Al margen del mayor
o menor acierto con que actuase el presidente de
Mas allá de la
importancia y de las implicaciones coyunturales que haya podido tener el
acontecimiento en sí, la abortada crisis de Cataluña tiene un valor didáctico
de cara a entender mejor los fundamentos constitucionales y de resucitar un
principio a menudo olvidado y silenciado: nuestro sistema democrático es
parlamentario, no presidencialista. Los ciudadanos no eligen al presidente de
Gobierno español, ni al presidente de
La dependencia
aparece sin duda de una forma más clara cuando ningún partido obtiene la
mayoría absoluta, tal como ha ocurrido en Cataluña; entonces, quiérase o no, el
presidente de Gobierno tiene que contar con el partido o partidos que le
apoyan. En el Gobierno de la nación esta realidad no ha quedado nunca
explicitada de forma clara, ya que cuando no se ha obtenido mayoría absoluta,
se ha gobernado en todos los casos con el apoyo de un partido nacionalista,
mucho más interesado en obtener privilegios para su región que en la
composición del Ejecutivo nacional.
El planteamiento debería
de ser el mismo aun cuando se contase con mayoría absoluta. Todo presidente del
gobierno tendría y debería ser consciente de que no puede gobernar de manera
autocrática y prescindiendo de la voluntad de su grupo parlamentario. Lo cierto
es que, desgraciadamente, el sistema por la fuerza de los hechos ha devenido en
la práctica un sistema presidencialista, aunque sin elecciones presidenciales,
casi caudillista, en el que una vez elegido el presidente del Gobierno lejos de
estar condicionado por su grupo parlamentario, éste se transforma en una
prolongación del Gobierno, y a su vez éste en una prolongación de su
presidente. En cierta medida, traduce la organización autocrática que se ha ido
imponiendo en todas las formaciones políticas.
Felipe González fue
pionero en la materia, llevando estas premisas hasta sus últimas consecuencias.
Aznar mantuvo sin ningún pudor los mismos planteamientos. González nunca los
negó. Repetía con frecuencia que no se gobierna desde Ferraz sino desde