El
primo de zumosol
La teleAguirre
informa de la manifestación de Madrid a favor de la paz en el Líbano, y de
forma subliminal deja caer que se celebra en contra del único país democrático
de
Pues bien, me parece que ninguna de las dos
cosas son ciertas. Todos los terrorismos no son
iguales. El terrorismo de Estado es mucho más grave que todos los demás, ya que
se suele ejercer con impunidad, sin nada que arriesgar, y abusando de la
situación de fuerza de quien posee el monopolio legal de
La contienda del Medio Oriente se ha
trasladado también a la política española. Hay a quienes parece que más que
preocuparles lo que ocurre en el Líbano se ocupan de las reacciones del
Gobierno, a ver si pueden censurarle y ganar así rentabilidad electoral. Por
otra parte, se resisten a condenar las atrocidades que está cometiendo Israel y
se pierden en todo tipo de consideraciones y en la complejidad del problema,
queriendo indicar que quienes las reprueban es por simplicidad e ignorancia.
Nos ilustran con toda clase de derivaciones y de antecedentes históricos,
distinciones y más distinciones, pretenden así ocultar lo evidente: que la
ofensiva de Israel en el Líbano es una salvajada. Nada, absolutamente nada,
puede justificar la destrucción de un país, el bombardeo de civiles -las
víctimas son en mucho mayor número civiles que militares-
y la diáspora de medio millón de personas aterrorizadas. Hamas será una
organización terrorista, las milicias de Hezbolá
también, pero quien en estos momentos está sembrando como nadie el terror es el
Estado de Israel. Para entender esto no se precisa estar en posesión de ningún
master en geopolítica de Medio Oriente.
Israel exige, para detener su ofensiva sobre
el Líbano, que se cumpla la resolución de
El señor embajador considera que las
manifestaciones del jueves pasado son un premio al terrorismo islámico, sin
tener en cuenta que Madrid ha sufrido como pocas ciudades en sus carnes ese
terrorismo islámico; pero el dolor y los muertos no pueden ocultar otro dolor y
otros muertos, ni borrar la responsabilidad de quienes los causan en este
momento. El argumento es el de siempre. Condenar los crímenes del Gobierno de
Israel es ser amigo de los terroristas, igual que se decía que censurar las
masacres cometidas por los americanos o
El señor embajador dice que las relaciones
de Israel y España no pasan por su mejor momento. Debería preguntarse si lo que
no está en su mejor momento es la consideración del Estado de Israel en la
opinión pública mundial. Al margen de lo acertado que haya estado en sus gestos
y manifestaciones el presidente del Gobierno, la calificación de antisemitismo
a quien critica y censura los actos criminales cometidos en el Líbano por el
Gobierno de Israel es un recurso demasiado fácil. Es como si a quien abomina de
las atrocidades cometidas por el régimen nazi se le tildase de antigermánico. Israel no puede pretender mantenerse en el
victimismo y considerar que la barbarie del Holocausto le da a su vez patente
de corso para acometer nuevas barbaries. En el fondo, esa identificación entre
las acciones de un Estado en un tiempo concreto y la nación, el pueblo, la
religión y la raza, está dejando traslucir cierta ideología sionista, que fue
considerada por
Hablar de respuesta desproporcionada resulta
ridículo. Nadie en su sano juicio puede pensar que existe una relación de causa
y efecto entre el secuestro de dos soldados y la ola de destrucción desatada.
Aquél sólo ha podido ser el pretexto de una decisión tomada y pactada mucho
antes con el primo de Zumosol –EEUU. Es indudable que
Israel no emprende esta ofensiva sin tener el visto bueno de
De nuevo, lo que
queda en entredicho es la llamada legalidad internacional. Está claro que la
única ley que rige es la del más fuerte. Israel puede hacer lo que quiera,
mientras EEUU esté dispuesto a respaldarle y vetar cualquier proposición en su
contra. Pero, ¿con qué legitimidad se habla luego de comunidad internacional,
se interviene en otros países y se juzga a alguien de delitos contra la
humanidad? ¿Por qué Irán no puede tener armamento atómico e Israel sí?
Apliquemos la ley del más fuerte, pero al menos no vengamos luego con
gazmoñerías e hipocresías predicando la democracia, la libertad y los derechos
humanos. Aquí el único que tiene derechos es el primo de Zumosol.