Algunos no pagan impuestos
El domingo 15 de agosto este diario
publicó un extenso reportaje acerca del caos en que se ha convertido nuestro
sistema fiscal. Citaba, en primer lugar, un informe de
El dato, además de escandaloso, es
bien expresivo de la hipocresía de ciertos discursos formulados principalmente
desde el sector empresarial que, basándose exclusivamente en el tipo nominal,
afirman que en nuestro país el gravamen sobre sociedades es de los más altos de
Europa. Lo cual no sólo es falso sino que se convierte en un sarcasmo si
atendemos al tipo efectivo, es decir, al porcentaje que realmente pagan las
empresas sobre sus beneficios, ya que el cúmulo de deducciones y desgravaciones
termina por vaciar de contenido el impuesto.
Especial mención merece el
tratamiento fiscal dado a las empresas españolas para que hagan de nuevo las américas y obtengan pingües beneficios en el exterior, a
menudo esquilmando a esos países y sin ningún beneficio para la sociedad
española. Todo lo contrario, puesto que financian sus aventuras exteriores a
cargo del erario público, que les permite desgravar sus intereses.
El mencionado reportaje citaba
también otro informe, éste de la Comisión europea, censurando las reformas
fiscales acometidas en España desde 1997 -yo diría que incluso desde antes- y
origen en buena medida del elevado déficit que mantenemos en