España
va bien
“España va bien” era el eslogan preferido en
materia económica durante la anterior legislatura. En ésta -no con las mismas
palabras-, el discurso oficial viene a decir lo mismo. En ambos casos, el
optimismo se fundamenta en hechos similares. La economía española crece a buen
ritmo -superior al del resto de los países europeos, con lo que lógicamente la
renta per cápita se acerca a la de Europa- y aumenta el empleo. Incluso,
fundamentándose en esta última variable, se llega a afirmar que no es preciso
esforzarse en hacer una política social, puesto que la mejor política social es
la de crear puestos de trabajo.
Hoy, la ciencia económica está estancada. Se
desdobla en dos enfoques, no se sabe cuál de ellos más inservible. El primero
es el académico, el practicado por profesores, principalmente en el ámbito
universitario, aunque últimamente éstos tienen cada vez más interés en
colonizar el ámbito administrativo. Se dedican a estudios y análisis sobre
modelos teóricos absolutamente alejados de la realidad y, por lo tanto,
inútiles. Lo llaman investigación y debe de proporcionarles pingües. Como
pasatiempo, no están mal. El segundo anida en el discurso político y mediático,
basado en eslóganes simples y concisos que, a fuerza de repetirse, acaban por
hacer pasar por verdad las mayores mentiras. Entre ellas está, por ejemplo, la
de basar la buena o mala marcha de la economía exclusivamente en la evolución
del PIB. Es decir, reducirlo todo al crecimiento económico, prescindiendo de en
qué se crece, cómo se crece y, sobre todo, cómo se distribuye el crecimiento.
De este modo surgen paradojas como la de que España, siendo uno de los países
de Europa con mayor crecimiento, sea también uno de los países en los que la
evolución de los salarios es peor.
Así lo atestigua un estudio realizado entre
En el primer trimestre de este año, el
salario medio real de nuestro país se ha reducido en un 0,5%, confirmando seis
trimestres consecutivos de descensos. Esta evolución contrasta con la seguida
por el PIB, con incrementos superiores al 3%. La explicación hay que buscarla
en otra información, la de los beneficios empresariales. Según el Banco de
España, las empresas no financieras han aumentado sus ganancias hasta marzo en
un 25%. No digamos las financieras, cuyos beneficios, tal como ellas mismas
anuncian a bombo platillo, presentan incrementos escandalosos. Es el viejo
dicho del pollo y la lechuga, que hoy podríamos actualizar de la siguiente
manera: si uno se come una langosta y el otro una tortilla, las estadísticas
dirán que se han comido media langosta y media tortilla cada uno. El “España va
bien” de Aznar y Zapatero tiene, por lo visto, todo el sentido para los
empresarios, pero no parece que lo tenga tanto para los asalariados.