Las
medallas de Kerry
Se acaban de dar a conocer los últimos datos
sobre el nivel de pobreza en EEUU. El último año, el número de pobres se ha
incrementado en 4,3 millones, con lo que la cifra total se eleva ya a 35,8
millones, un 12,5% de
La situación en Iraq
empeora por momentos, y resulta difícil imaginar una salida que no sea el caos
y la guerra civil. El país ha sido arrasado por las fuerzas de ocupación. No
hay reconstrucción, sino destrucción. A diario muere algún soldado americano y
se hace imposible cuantificar las víctimas iraquíes. Las armas de destrucción
masiva resultaron ser una engañifa. El peligro de terrorismo islámico ha aumentado
considerablemente y el odio del mundo árabe hacia los occidentales se ha
intensificado de manera alarmante. Pero Bush continúa asegurando que la guerra
ha merecido la pena porque ha servido para terminar con Sadam.
¿Por qué no se lo pregunta a los iraquíes? No obstante, lo más lamentable es
que los americanos, para decidir si reeligen o no al
actual presidente, están pendientes de saber si las medallas concedidas a Kerry
en la guerra de Vietnam fueron o no merecidas.
Dos informes —uno
elaborado por una comisión presidida por James Schlesinger,
ex secretario de Defensa, y el otro por el general George R. Fay— sobre las atrocidades de Abu Ghraib se han hecho
públicos recientemente, porque aun cuando parte del último se declaró
reservado, se ha terminado por filtrar a la prensa. A pesar del esfuerzo por
evitar palabras como tortura y el intento de no implicar directamente a Bush y
a Rumsfeld, los informes son concluyentes. Todo empezó el 31 de agosto del 2003
con el viaje a Bagdad de Geoffrey Miller, general a cargo de la prisión de
Guantánamo. ¿Quién mandó a Miller a Iraq? Se supone que no caería del cielo ni
iría allí en viaje de turismo. No nos hacían falta los informes porque lo de
Abu Ghraib es una simple copia de Guantánamo y todos, americanos y no americanos,
sabemos lo que ha ocurrido y ocurre en aquella prisión, y cómo la
responsabilidad alcanza a Rumsfeld y a Bush. Pero he aquí que las
preocupaciones del norteamericano medio van por otros derroteros, se cuestionan
tan sólo si Kerry fue tan valiente como dice en aquella guerra del Vietnam.
El precio del
petróleo está por las nubes, impidiendo que se consolide la recuperación
económica internacional, y aun cuando se citan algunas otras causas, la
variable definitiva es la incertidumbre que en todo el Próximo Oriente está
provocando la guerra de Iraq, y sin embargo, esto no parece atraer la atención
de la opinión pública de EEUU, ellos se encuentran inmersos en los méritos o
deméritos militares de Kerry.
La Administración
Bush ha dilapidado la buena situación presupuestaria que heredó de la era
Clinton. Hoy el déficit fiscal y, como consecuencia, el de la balanza por
cuenta corriente baten todos los récords. Y no son los gastos sociales, que se
han reducido, los responsables, sino las enormes partidas en gastos militares,
y la rebaja impositiva a las clases altas. Nada de todo esto parece tener
importancia. Únicamente una historia de medallas acontecida hace más de 35
años. Están locos.