Que se aclaren
¿Por
qué las bolsas se tambalearon tras la dimisión del economista jefe del BCE? Tal
vez fuese la certificación de que el euro no puede permanecer. Si Alemania,
Holanda y Finlandia ni siquiera están dispuestas a aceptar que el BCE compre
deuda, y mucho menos la emisión de eurobonos, la Unión Monetaria
tiene los días contados.
Puede
ser que Jürgen Stark tenga
razón al afirmar que tal cometido no se encuentra entre las competencias del
BCE, pero ello lo único que indica es que el Tratado de Maastricht y más tarde
los estatutos de esta institución se elaboraron y aprobaron con enormes
carencias y contradicciones. Resulta imposible que los Estados puedan aguantar
la presión de los mercados sin un banco central que los respalde.
Los
halcones se empeñan en hacernos creer que la crisis no es del euro, sino de
algunos países que deben solucionar sus problemas; pero da la casualidad de que
el número de los implicados ha crecido sustancialmente y afecta ya a la mayoría
de la Unión Monetaria,
y que esos mismos países se encontrarían con menores dificultades si no
estuviesen en la
eurozona. Italia tiene ahora el mismo o parecido stock de
deuda que con anterioridad a su entrada en el euro, sin que entonces padeciese
los apuros actuales. La única solución, de existir, se encuentra en Bruselas o
en Frankfurt. Las medidas tomadas hasta ahora por los Estados individuales no
solo son ineficaces sino contraproducentes y condenan a los países a la
recesión, en primer lugar a los deudores, pero termina también por afectar a
los acreedores, como se ha visto con Francia y Alemania en este segundo
trimestre del año.
A
los mandatarios europeos se les está terminando el tiempo. Tienen que decidir
si quieren o no quieren la Unión Monetaria. Si su contestación es
afirmativa, deben reformar seriamente y de manera urgente el proyecto. Grecia
es probable que esté maldiciendo el día que entró en el euro y me imagino que,
si al final tiene que pagar el enorme coste de la suspensión de pagos, decidirá
abandonar la Unión
Monetaria y devaluar su moneda. Una forma de hacer la quita
es convertir todas las deudas denominadas en euros a dracmas pero al cambio de 1999.
Si esto ocurre, ¿qué país será el próximo?