Legión extranjera

Trillo tiene "una intención muy progresista". Lo ha dicho en "Los desayunos de TVE". Quiere abrir el ejército a los emigrantes. Legión extranjera. De un tiempo a esta parte, desconfío de las propuestas que se autocalifican de progresistas. Suelen dar gato por liebre. La adulteración no es propiedad exclusiva de los alimentos, también se encuentra en las ideas.

La medida de profesionalizar el servicio militar ha sido saludada por todos como progresista. Dudo que lo sea. De izquierdas es la desaparición del ejército. Lo otro tiene mucho de hipocresía. Milicia sí, pero no para mis hijos, sólo para los de abajo. Cuenta con una larga tradición en España. Hace cien años el señorito compraba la exención o pagaba a un desarrapado para que le sustituyese en eso de ir a morir a Filipinas, Cuba o Marruecos; aquellos tiempos en los que Pablo Iglesias clamaba: "O todos o ninguno", y en los que en el programa fundacional del partido socialista aparecía como reivindicación –junto a la enseñanza y a la justicia gratuitas– el servicio de armas obligatorio y general.

La primera novela de Sénder, "Imán", reportaje de la contienda de Marruecos y alegato del absurdo de cualquier guerra, es también la descripción del destino trágico de una clase, representada por el protagonista, Viance, cuyo apodo en la aldea es "Imán": atrae la desgracia y la injusticia. Clase relegada a la condición de víctima total, víctima de la desigualdad social, de los horrores de la guerra y del embuste que se esconde detrás de la farsa del patriotismo bélico.

De nuevo el servicio ha dejado de ser universal. Pagamos impuestos para liberar a nuestros hijos, y que en su lugar vayan otros, los de ínfima condición social, los que ven en el ejército la única salida de una angustiosa situación laboral y económica. "Más cornás da el hambre". En España ya no hay suficiente hambre como para llenar los cuarteles. Por eso el ministro de la guerra tiene la muy progresista intención de recurrir a los emigrantes. Los marines son negros y chicanos. Los imperios desde siempre han reclutado cipayos, regulares. La OTAN, en el fondo, es el tercio extranjero del imperio yankee. En el futuro, las gloriosas fuerzas armadas de los países desarrollados se compondrán casi en su totalidad de mercenarios, descamisados del tercer mundo, únicos tan parias como para enrolarse.