A remolque de los hechos
¿Ha actuado
bien el Gobierno en el 'caso Gescartera'? NO
Ha ido a remolque de los acontecimientos. La
reacción no ha sido muy distinta de aquella a la que nos tenía acostumbrados el
felipismo en los casos de corrupción. Negarlo todo al
principio y, sólo cuando la realidad bronca y tozuda se impone y hace imposible
la negativa, comenzar a reconocer poco a poco, con cuentagotas, las
responsabilidades.
Tanto el vicepresidente económico como el
ministro de Hacienda han visto cómo los hechos y las informaciones posteriores
ponían en el alero la defensa un tanto imprudente que habían hecho de su
secretario de Estado, dejándolos en ridículo y retrotrayéndonos así a otros
tiempos y a otras situaciones, aquella mano en el fuego que González ponía por
el gobernador del Banco de España.
En un principio, el PP se resistió a crear
en el Parlamento una comisión de investigación, con argumentos que nos resultan
familiares como el de no hacer juicios paralelos y dejar actuar a la Justicia,
y colocó como señuelo la subcomisión de estudios, que no venía a cuento en este
caso y resultaba totalmente ineficaz al no contar con los instrumentos y
facultades de que disponen las comisiones de investigación. Bien es verdad que
ha rectificado. Pero es que su posición era insostenible después de haber
criticado por el mismo motivo tan ácidamente al PSOE cuando éste ocupaba el
Gobierno.
Desde luego, nada tan grotesco como la
bobalicona satisfacción del portavoz parlamentario de Economía del PP afirmando
que en esta ocasión sí habían funcionado los controles. Pues anda, que si no
llegan a funcionar... Porque lo cierto es que los controles han funcionado tan
bien como los del Banco de España en las crisis bancarias, interviniendo cuando
todo estaba ya perdido. Unos cuantos miles de millones nos costó aquel
funcionamiento tan efectivo. En esta ocasión, ciertamente, la cantidad será muy
inferior, pero conviene preguntarse de dónde van a salir las aportaciones al
fondo de garantía para cubrir con carácter retroactivo las estafas de Gescartera y de Ava.
Algo ocurre en nuestro mercado financiero si
un chisgarabís como Camacho, mediante un chiringuito como el de Gescartera, puede engañar y poner en solfa a organizaciones
e instituciones del Estado y de la sociedad sin que se detecte la estafa hasta
estar completamente consumada y todo perdido. No han funcionado las auditorías,
lo que es ya una constante. No ha funcionado la Agencia Tributaria y, desde
luego, no ha funcionado la CNMV. El PP lleva más de cinco años en el Gobierno.
No puede hablar ya de la herencia recibida.