China y
Alemania
Vengo afirmando que el origen más
remoto de esta crisis no se encuentra en EE.UU., tal como se ha dicho, sino en
China y en todos los países -incluyendo Alemania- que practican una política
cambiaria similar. China viene instrumentando una política fuertemente
proteccionista, no sólo porque sus condiciones sociales y laborales pueden
constituir un claro ejemplo de dumping o porque utilice mecanismos de control
tanto de importaciones como de exportaciones, sino por su estrategia de mantener
infravalorada su moneda. Está dispuesta a comprar todos los dólares y euros que
sean necesarios con tal de que este tipo de cambio se mantenga, lo que implica
abaratar las mercancías chinas y encarecer las de los terceros países;
incrementa sus exportaciones y reduce sus importaciones, originando año tras
año un importante superávit en su balanza de pagos, que se corresponde con
importantes déficits en otros países, en especial EE.UU., pero también, por
ejemplo, en España.
Que nadie piense que tal política
beneficia a los ciudadanos chinos ya que, para mantenerla, el excedente no se
puede gastar en el país, sino que debe invertirse en el exterior a unos tipos
muy reducidos, generando las burbujas que en parte han sido causa de la crisis.
En Europa, ocurre algo similar con
Alemania. Su política deflacionista y de austeridad ha generado un importante
superávit en su balanza de pagos, que se traduce en déficit en otros muchos
países. En situación normal, el desequilibrio desaparecería con la apreciación
respecto a las otras divisas de la moneda germánica, pero ello no es posible en
el presente, al estar todos integrados en
¿Por qué se le permite a China una
política cambiaria proteccionista? ¿Por qué se consiente que