Endesa
y la globalización
Entre las muchas razones aducidas para
justificar la OPA de Gas Natural sobre Endesa, no podía faltar la de
El artículo parte de algunos hechos ciertos
y acude a determinadas observaciones perspicaces, pero cae en importantes
contradicciones que terminan volviendo del revés la tesis que pretende
defender. Es correcto, sin duda, afirmar que con la competencia ocurre como con
el libre cambio, que todos hablan de ella, mostrándose sus defensores
furibundos en la teoría; pero, en la práctica, son muy pocos los que no
intentan violentarla.
Concretamente, en el sector de la
electricidad y el gas, tres gigantes empresariales (EDF, EDP y Enel) monopolizan los mercados de Francia, Italia y
Portugal, respectivamente; y en Alemania son dos grandes sociedades (RWE y EON)
las que controlan todo el mercado, constituyendo un gigantesco duopolio. Quizás
sea este último modelo, el del país germánico, el que persigue con la OPA el
Gobierno español. Puede tener su lógica; pero lo que carece de ella es que se
afirme que esto es
Es totalmente comprensible que los
diferentes Estados pretendan resguardar los sectores considerados estratégicos
y eviten perder sobre ellos el control. Pero entonces, ¿por qué nos hemos
introducido en ese laberinto llamado globalización para renegar de sus
consecuencias tan pronto se producen? Primero privatizamos, y después queremos
nacionalizar; sólo que esta nacionalización, ya no es estatal sino privada, y
cuando se trata de empresas privadas es difícil estar seguro ya de su nacionalidad
y mucho menos de sus intereses.
Hemos seguido el peor camino posible.
Constituir en un mercado tan estratégico e imprescindible como el del gas y la
electricidad un duopolio privado tiene, en primer lugar, consecuencias
desastrosas para los consumidores, que estarán inermes frente a estas grandes
sociedades. Cosa bien distinta es cuando se trata de empresas estatales, al fin
y al cabo los gobiernos siempre tienen la limitación de las urnas. Pero es que,
además, con empresas privadas -por muchas ingenierías
financieras que se pretenda hacer- nunca se podrá
estar seguro de que permanezcan en manos españolas. Ahí está el caso de Repsol,
la operación de
La OPA de Gas Natural sobre Endesa no es,
desde luego, la globalización y ni siquiera está hecha en términos de
nacionalización, españolización. En el mejor de los casos, es una operación
provinciana incrustada en toda esa estrategia de las elites catalanas por
hacerse con el poder. Como parece que afirmó el portavoz socialista: “No
quejaos que