Europa
sin energía
Hace ya tiempo que, poco a poco, van
surgiendo las contradicciones del actual proyecto de Unión Europea. Ahora le ha
tocado el turno a la política energética; si algo ha quedado claro tras
Todas las contradicciones de
Los mandatarios europeos han intuido que el
abastecimiento de energía puede afectar a la seguridad nacional, digamos
europea, y por ello su incardinación dentro de la política exterior y el
encargo realizado a Javier Solana como responsable de este
área, de elaborar de aquí a junio un documento sobre el tema. Es otra de las
características de
Europa carece hasta el momento de un mercado
integrado de
Las únicas empresas que en sentido estricto
pueden calificarse de nacionales son las públicas, únicamente sobre ellas los
gobiernos tienen control suficiente para garantizar que el interés general se
antepone al interés particular. Francia, Italia, y Portugal, mantienen
importantes participaciones en sus respectivas sociedades de gas y de
electricidad. El presidente francés tiene razón al afirmar que el mantenimiento
de empresas públicas no contradice la libre circulación de capitales y, por lo
tanto, tampoco las normas europeas. Cosa distinta se produce cuando después de
privatizar se pretende, mediante ingenierías financieras, mantener
artificialmente a las empresas en manos nacionales. Ése es el caso de España.
Francia tiene razón, su estrategia no viola la legislación comunitaria; pero
eso no implica que no imposibilite de igual modo la creación de un mercado
único.
En el sector energético –no es el único sector-,
compaginar la integración europea con las exigencias que implica su condición
de estratégico exigiría la existencia de empresas públicas europeas, algo
impensable cuando no existe el menor atisbo de unidad política y cuando el
presupuesto comunitario no pasa del 1,24% del PIB. He ahí