Cada vez se le entiende más

A este muchacho, a Rodríguez Zapatero, cada vez se le entiende menos, o cada vez se le entiende más, depende de cómo se mire. Ha calificado de inmoral utilizar la inmigración como terreno del enfrentamiento electoral y reitera su propósito de cambiar la norma con el voto de los ciudadanos. ¿Qué quiere decir?, ¿que no va a oponerse al PP en materia de inmigración? Porque todo enfrentamiento entre Gobierno y oposición es lógicamente electoral, y si no ¿cómo va a conseguir el voto de los ciudadanos?, ¿qué constituye para él terreno de enfrentamiento electoral?

«Quiero cambiar la Ley de Extranjería con el voto de los ciudadanos y no en los tribunales». Cuando se está en contra de una ley tan inicua como la de extranjería hay que intentar modificarla por cualquier medio posible, siempre que sea legal. Y legal y posible es recurrir al Tribunal Constitucional, incluso al de Estrasburgo, si se piensa que nos encontramos en presencia de una flagrante violación de derechos fundamentales. ¿Es que acaso los miles de emigrantes que viven en situación límite pueden esperar a que Zapatero tenga los votos necesarios? Los que encerrados en iglesias coquetean con la muerte en huelga de hambre, ¿pueden aguardar a que el PSOE gane las elecciones? Cuán largo me lo fiáis, amigo Sancho. Desistir del recurso al Tribunal Constitucional, con el pretexto de una presunta victoria electoral en el futuro, es en el fondo no querer enmendar la ley.

Cada vez se entiende menos lo que dice, pero se entiende más lo que quiere decir. En realidad no está en desacuerdo con la ley, y es casi seguro que no la modificará si alguna vez llega a gobernar. Utilizar la inmigración como terreno electoral no es que sea inmoral, es poco práctico, y Zapatero, de otra cosa no, pero de pragmatismo sabe una enormidad. Le han salido los dientes en la política, en los politiqueos. El sabe que la mayoría de los ciudadanos pasan del drama de los emigrantes y que los que se preocupan lo hacen más bien en el sentido contrario, exigiendo mano dura y orden. No, no resulta rentable electoralmente sacar la cara por los emigrantes. Por eso Bono en esta ocasión se muestra disciplinado. No es, dice, un problema territorial sino de Estado, que traducido al román paladino significa que no da votos. Los votos se obtienen con las mujeres maltratadas, con el AVE y con lo del agua.