La música más que la letra

Tierno Galván con esa socarronería que lindaba a veces con el cinismo afirmo que las promesas electorales se hacen para no cumplirse, lo que a menudo tiene mucho de verdad. Hay que desconfiar por tanto, siempre de las medidas que los candidatos anuncian en campaña electoral. Además en materia económica se suele estar muy lejos de presentar programas coherentes y bien hilvanados. En el mejor de los casos son ofertas que se supone caerán bien en electorado y atraerán votos  En el peor ocurrencias ingeniosas que se hacen sobre la marcha.

Hoy casi todo el mundo se pregunta cual es el programa económico de Obama. Difícil saberlo con certeza. Lo iremos descubriendo poco a poco. Por el momento, más que la letra, quizás vaga y no demasiada sistematizada, debemos quedarnos con la música. Y la música suena bien. La melodía, y eso si aparece con nitidez, es la contraria  de la que Bus ha interpretado durante todos estos años. Y eso ya es mucho.

Lo más evidente en su programa es la crítica radical a la política económica de Bush, caracterizada por ese principio no se si proclamado por convencimiento o solo por interés de que menores impuestos para los ricos significaba riqueza y desarrollo para toda la sociedad. El planteamiento no es desde luego original del aun presidente, es la llamada teoría de lo Oferta que popularizo y aplico Regan por primera vez, y que en buena medida se exporto también a Europa. La melodía de Obama se sitúa en el otro extremo, en el lado de la demanda, cerca del Keynesianismo.

Obama propugna retornar a la equidad fiscal con impuestos progresivos, incrementar la presión fiscal sobre el capital y las grandes empresas, y establecer de nuevo el impuesto de sucesiones y patrimonio. Se le ha tildado de socialista, incluso de comunista. Nada mas alejado de la realidad. La filosofía económica defendida por Obama podía identificarse con la teoría del Estado Social de tradición europea y hoy tan olvidada, en la que se casa mercado y democracia. Si bien se acepta el primero, no se le da un carácter absoluto ni se piensa ingenuamente que se autorregule. Se asume la necesidad de que el Estado intervenga en la economía. Es por eso por lo que es critico con el concepto de globalización tal como lo han presentado los neoliberales.

La incógnita es saber hasta que punto él y sus futuros asesores tienen conciencia de que este concepto de la globalización es incompatible con el Estado Social y que para retornar a este no vale parches sino cambios en profundidad en el sistema. Obama durante la campaña electoral ha prometido extender los beneficios de la asistencia sanitaria gratuita pero difícilmente lo podrá hacer mientras las sanidad este en manos privadas. En EEUU la mitad de la población se encuentra sin cobertura o con una muy deficiente y sin embargo el gasto sanitario por habitante es cuatro veces el de España.

La elección de Obama ha coincidido con una enorme crisis internacional en la que la mayoría de los lideres europeos están abjurando al menos de palabra de los errores en que ha vivido la economía internacional en las ultimas décadas. ¿Representara todo ello de verdad el cambio? O como en Lamperuse cambiemos algo para que nada cambie.