La dictadura alemana

La historia es antigua. La carencia en la Unión Europea de mecanismos verdaderamente democráticos ha conducido al establecimiento de la dictadura del país más rico y poderoso, Alemania. Alemania siempre ha impuesto su política, la mayoría de las veces de carácter extremadamente restrictivo. Ya en el inicio del Sistema Monetario Europeo (SME), prevaleció la orientación deflacionista alemana que obligó a los participantes a mantener bajas tasas de inflación, pero también les forzó a porcentajes reducidos de crecimiento sin apenas creación de empleo. Esta política, hasta la reunificación, podía ser conveniente para el país germánico que durante muchos años logró detener el proceso de revaluación del marco ganando competitividad frente al resto de los países occidentales, pero otras muchas naciones con circunstancias distintas tuvieron que pagar un alto precio en crecimiento, stock de capitales y competitividad. Hasta 1990, sin embargo, el sistema permitió a los países miembros cierta escapatoria a través de los mecanismos de control de cambios, pero esa posibilidad se cerró con el Acta Única y la libre circulación de capitales. El resultado es conocido, el fracaso del SME que, en la práctica, queda sin ninguna virtualidad en los primeros años noventa.

El segundo acto se ha producido con la Unión Monetaria (UM). Una vez más, Alemania dictó el modelo: un Banco Central Europeo (BCE) cercenado y limitado y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PE). El BCE se constituye como independiente del poder político democrático y, a diferencia del Banco de la Reserva Federal de EE.UU, tiene como única finalidad el control de la inflación, desentendiéndose del crecimiento y del empleo, y además se le prohíbe expresamente financiar a los países miembros. Al mismo tiempo, se coloca a los Estados un corsé innecesario, el PE, limitando el déficit y la deuda pública cuando, en todo caso, lo relevante desde la óptica de la UM sería la limitación del déficit y del superávit exterior, tal como ahora plantea EE UU y Keynes propuso, en los años cuarenta, en las negociaciones del Sistema Monetario Internacional. En los momentos actuales, después de haber quebrantado el PE cuando le interesaba, Alemania vuelve a imponer su política restrictiva, política que quizás convenga a su economía pero que resulta suicida para otros muchos socios de la Eurozona, entre los que se encuentra España.