¿Quién
manda en el mundo?
El
pasado fin de semana, la mayoría de los líderes mundiales tuvieron que
interrumpir sus vacaciones, y mantener entre sí reuniones y conversaciones
telefónicas. No había estallado ninguna guerra. Simplemente, una agencia de
calificación, una empresa privada, había reducido la nota de la deuda de EEUU.
Standard and Poor´s ha puesto en jaque a los
gobiernos de todos los países del mundo. Pero, ¿a quién representa? Absolutamente
a nadie. Eso sí, defiende poderosos intereses. Entre sus mayores accionistas,
se encuentran algunos de los más importantes fondos de inversión.
Los
gobiernos han liberado un monstruo que ahora no saben cómo controlar. La libre
circulación de capitales, la desregulación de los mercados financieros y el
poder concedido a determinadas entidades privadas no solo convierten en papel
mojado el concepto de soberanía popular, sino que configuran un mundo económico
financiero caótico que en cualquier momento puede precipitarnos en una crisis
como jamás se haya conocido.
En 2008
estuvimos al borde del abismo. Los mandatarios mundiales prometieron todo tipo
de reformas que se han quedado sobre el tablero. Es más, en cuanto aparecieron
los primeros signos de recuperación, se retornó al statu quo anterior y a la
defensa de las políticas y de los principios que nos habían conducido a
La
crisis se solucionó en falso y todo apunta a que será precisa una nueva
recesión, quizá de mayor volumen, para que se coja por fin el toro por los
cuernos.