Tumulto euro
El pasado miércoles,
el parlamento griego aprobaba un duro plan de ajuste. Mientras en la calle se
desencadenaba una guerra campal, la euforia se adueñaba de las bolsas europeas.
No resulta difícil concluir quiénes son los beneficiarios y quiénes los
perjudicados. La situación se parece excesivamente a las intervenciones que en
el pasado realizaba el FMI en los países subdesarrollados, concediendo
préstamos en condiciones tan severas que las misiones de este organismo iban
acompañadas de revueltas, huelgas y violencia callejera. “Tumulto Fondo” llegó a
denominarse. La medicina mataba al enfermo; y bastantes de estos estados tan solo
han comenzado a respirar cuando se han liberado del FMI y del Consenso de
Washington.
Los ajustes no
van a solucionar la crítica situación griega. Su problema no es de liquidez,
sino de solvencia. Su problema, al igual que el de otros países, por ejemplo
España, se llama Unión Monetaria (UM). Su talón de Aquiles, que tiene la misma
moneda que Alemania, por lo que sufre un tipo de cambio irreal. Merkel se reúne con el primer ministro chino y consigue duplicar
sus exportaciones a condición de abrir los mercados europeos a los productos
del gigante asiático, ¿cómo van a competir Grecia y otros muchos Estados de la
UM?
¿Cuál, entonces,
es la razón del rescate? Desde luego, no es salvar al país heleno, sino ganar
tiempo para que los bancos europeos terminen por liberarse de la deuda griega.
Entre 2009 y 2010, las entidades financieras alemanas han reducido su
exposición a la deuda de los mal llamados “PIGS” de