De la plataforma a la huelga

Anda el mundo de la comunicación un poco revuelto con el anuncio de fusión de las dos plataformas digitales. De inmediato se han alzado voces gritando: "monopolio". Aciertan, pero no constituye ninguna novedad. Tiene razón el ministro de Fomento al proclamar que los monopolios privados son insufribles. Motivo de más para desenmascarar el falso discurso del gobierno sobre la liberalización de los mercados. Sólo hay mercado para una plataforma, se afirma con buen sentido, pero ¿cómo se puede entonces hablar de liberalización y competencia? En la mayoría de los grandes sectores económicos sucede algo similar, únicamente hay mercado para un número reducido de empresas. Se ha privatizado pero de ninguna manera se ha liberalizado. Nada de competencia. Monopolio, o como mucho oligopolio, que para el caso es lo mismo.

No sé yo si la fusión de las plataformas va a cambiar sustancialmente el sector de los medios de comunicación. Porque monopolio, haberlo ya lo había. Al menos monopolio en el discurso. Al margen de guerras tribales "por el color del envoltorio", la casi totalidad de los medios mantienen idéntico contenido, pensamiento único, y marginan y excluyen las posturas contrarias. Quien manda, manda y ya se sabe quién manda en los medios de comunicación, los mismos que en los bancos, en las eléctricas, en las petroleras, en las empresas de telecomunicación, en las constructoras, etc.

Sólo porque existe monopolioo si se quiere oligopolio, que es idéntico a oligocraciaen los medios de comunicación, puede terminar teniendo éxito el discurso del gobierno acerca de que la reforma laboral que propone no recorta ningún derecho social. Sería la única, por que desde hace veinte años todas las reformas se plantean del mismo lado, todas tienden a reducir aun más o eliminar los derechos laborales y a primar el poder de usar, disfrutar, y abusar del empresario.

Dicen que los sindicatos no han presentado un documento alternativo. Que no quieren negociar. Pero ¿qué negociación cabe cuando le dicen a uno que le van a cortar la pierna? Espere, Vamos a negociar si se la seccionamos por debajo o por encima de la rodilla. Verá usted, si lo que quiero es que no me la amputen. La única alternativa posible sería la inversa. Es decir, que se incrementase la cobertura del seguro de desempleo. En realidad esto es lo que vienen planteado las organizaciones sindicales en todas las mesas de negociación, con tanta o más razón cuanto que en esta prestación se produce en los últimos años un excedente de 600.000 millones anuales, del que se está apropiando el gobierno para subvencionar a los empresarios, con eso que eufemísticamente llaman políticas activas de empleo.

El gobierno no entiende la postura de los sindicatos. Como siempre hay que inventar motivos bastardos. Resulta que el PSOE está detrás. El partido socialista utiliza a las organizaciones sindicales y las empuja a la huelga y al enfrentamiento. ¡Ya se necesita imaginación, para concebir al PSOE del tipo único, con una aptitud tan maquiavélica y belicosa! Recuerdo otras épocas en que todo se reducía al resentimiento de Nicolás Redondo y su aversión a González. ¿Y si los sindicatos comenzasen a preguntarse si acaso no está la CEOE detrás del gobierno? Detrás no, dentro. Sólo hay que mirar la historia de muchos ministros y altos cargos.