El voto útil

Desde las filas del PSOE se recurre al voto útil. La expresión induce al estupor. En una democracia no sólo todos los votos deberían ser útiles, sino gozar de la misma utilidad. De lo contrario, de qué democracia hablamos.

El elevado grado de abstención que se produce en los comicios de muchos países occidentales (en EEUU, por ejemplo, más del 50%) no se puede justificar en la apatía de los ciudadanos; indica más bien que una parte importante de ellos considera inútil el acto de votar; es decir, que su decisión en nada va a modificar la realidad o, lo que es lo mismo, que el sistema político es todo menos democrático.

Cuando el PSOE habla del voto útil, se dirige al votante de izquierdas -habría que ponerse antes de acuerdo en lo que es y no es de izquierdas-, presupone que sus votos valen más que por ejemplo los de IU, lo que en cierto modo es verdad ya que los diputados de la coalición cuestan en votos el doble que los del PSOE o los del PP. Pero entonces, a lo mejor, lo que es inútil no es el voto, sino el sistema electoral.

IU tan solo puede obtener diputados en las grandes circunscripciones y el CDS ni en ellas, ya que hace tiempo que el sistema electoral y el voto útil los eliminaron de la cancha de juego. Entre los partidos minoritarios sólo perviven y se multiplican los nacionalistas, únicos a los que el sistema electoral no castiga. En el año 2000, CiU con menos votos que IU consiguió casi el doble de diputados, y el PNV casi el mismo número de representantes con la cuarta parte de votos. Quien ostenta la mayoría absoluta en el Congreso se jacta de contar con el apoyo de la mayoría de la nación. Cosa bastante inexacta, porque su triunfo suele basarse en poco más del 40% de los que votaron y en un escaso 30% de los electores.

Gracias al voto útil habrá que elegir entre el PSOE y el PP. Hay quienes me dicen que van a votar al primero. Cuando les pregunto sobre las razones, construyen un buen alegato de por qué el PP debe dejar el gobierno. Otros se inclinan por los populares y también me ofrecen motivos muy convincentes sobre por qué el PSOE no debe llegar al poder. Total, que la utilidad del voto no estriba en la adhesión hacia aquellas formaciones políticas con las que se concuerda ideológicamente, sino en usarlo como catapulta en contra de las que se aborrece. Hasta Izquierda Unida plantea toda su estrategia en desalojar al PP de la Moncloa.

Si tenemos en cuenta los sondeos, parece que lo que de verdad se dilucida en estos comicios es si el PP gobierna con mayoría absoluta o con el apoyo interesado y chantajista del nacionalismo catalán. Disyuntiva embarazosa porque resulta difícil saber cuál de las dos opciones es peor. A que el único voto útil va a ser el de los que se abstienen.